martes, 17 de junio de 2014

Noche de Luz



La lluvia nos dio la bienvenida al  "Jardín de la Luna",  un personaje amable  y muy característico, nos recibió con una sonrisa, indicándonos donde pisar  para evitar resbalarnos. La mayoría pensaba, que la lluvia era una molestia, porque necesitábamos una noche despejada para disfrutar de la luna llena. Sin embargo Zóez, dueño de la posada, agradeció la lluvia,  ya que tenía muchos meses la sequía y nos agradeció por traerla, después de esas palabras lo que quedaba era disfrutar de los regalos de la naturaleza y sonreír.


Foto: Andrea




Foto Andrea


Otro de los regalos, era la poesía y las obras de arte que adornaban el lugar, era necesario  ver cada rincón y disfrutar de los olores y de los colores. Raiza, con ese ímpetu que la caracteriza, se quitó los zapatos y nos guió bajo la lluvia a nuestras habitaciones, que amor que ganas las que le pone a lo que hac.

Foto Andrea

Foto Andrea

Una noche realmente mágica, yoga con música en vivo, que lujo! se plasmaron deseos y la luna se dejó ver por nosotros, las horas pasaban sin darnos cuenta pero el cronograma nos obligaba a dormir para continuar desde temprano con las actividades planificadas. 

Que despertar, que sabroso levantarse   y desde las montañas ver el mar y escuchar cada sonido de la naturaleza, provocaba quedarse horas, sólo contemplando  y respirando ese aire.


Foto: Andrea

Foto: Andre

Foto: Andrea

Foto: Andrea
Luego de nuestra clase de Yoga,  iniciamos de la mano de Zóez el recorrido por el museo de piedras, primer  y único museo de arte ecológico del mundo, construido con piedras  que se dedicó a traer desde el lugar donde nació " el mar", hasta la montaña, un trabajo duro, pero que logro con dedicación. Para él cada piedra tiene un significado, no le gustan los libros,  "la mejor información está en las piedras, me dan lo que necesito".

Foto: Andrea

Foto: Andrea

Foto: Andrea

Foto: Andrea

Foto: Andrea

Foto: Andrea

 
Foto: Andrea


El recorrido fue hermoso, mucho aprendizaje, anécdotas y vivencias, cuando llegó la hora de partir  aún faltaba mucho por recorrer, pero sin duda esperamos visitarlo en otro oportunidad.

Una noche de luz maravillosa, llena de energía, de paz, de alimento para el espíritu, de reflexiones. Gracias al maestro por sus enseñanzas, a Raiza, a Ingrid a todos por su buena compañía y a Dios por permitirme vivir momentos tan especiales como estos.