La lluvia nos dio la bienvenida
al "Jardín de la Luna", un personaje amable y muy característico, nos recibió con una
sonrisa, indicándonos donde pisar para
evitar resbalarnos. La mayoría pensaba, que la lluvia era una molestia, porque
necesitábamos una noche despejada para disfrutar de la luna llena. Sin embargo Zóez,
dueño de la posada, agradeció la lluvia,
ya que tenía muchos meses la sequía y nos agradeció por traerla, después
de esas palabras lo que quedaba era disfrutar de los regalos de la naturaleza y sonreír.
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Foto: Andrea |
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Foto Andrea |
Otro de los regalos, era la
poesía y las obras de arte que adornaban el lugar, era necesario
ver cada rincón y disfrutar de los olores y
de los colores. Raiza, con ese ímpetu que la caracteriza, se quitó los zapatos
y nos guió bajo la lluvia a nuestras habitaciones, que amor que ganas las que le pone a lo que hac.
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Foto Andrea |
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Foto Andrea |
Una noche realmente mágica, yoga
con música en vivo, que lujo! se plasmaron deseos y la luna se dejó ver por
nosotros, las horas pasaban sin darnos cuenta pero el cronograma nos obligaba a
dormir para continuar desde temprano con las actividades planificadas.
Que despertar, que sabroso levantarse y desde las montañas ver el mar y escuchar
cada sonido de la naturaleza, provocaba quedarse horas, sólo contemplando y respirando ese aire.
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Foto: Andrea |
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Foto: Andrea |
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Foto: Andrea |
Luego de nuestra clase de
Yoga, iniciamos de la mano de Zóez el
recorrido por el museo de piedras, primer y único museo de arte ecológico del mundo,
construido con piedras que se dedicó a
traer desde el lugar donde nació " el mar", hasta la montaña, un
trabajo duro, pero que logro con dedicación. Para él cada piedra tiene un
significado, no le gustan los libros,
"la mejor información está en las piedras, me dan lo que necesito".
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Foto: Andrea |
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Foto: Andrea |
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Foto: Andrea |
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Foto: Andrea |
El recorrido fue hermoso, mucho
aprendizaje, anécdotas y vivencias, cuando llegó la hora de partir aún faltaba mucho por recorrer, pero sin duda
esperamos visitarlo en otro oportunidad.
Una noche de luz maravillosa,
llena de energía, de paz, de alimento para el espíritu, de reflexiones. Gracias
al maestro por sus enseñanzas, a Raiza, a Ingrid a todos por su buena compañía
y a Dios por permitirme vivir momentos tan especiales como estos.